Trópicos

Nuevos líos para la candidata puntera

Hay un sector interno en Morena que más que ayudar a Claudia Sheinbaum, busca promover, y mal, la imagen y culto a la personalidad del presidente López Obrador.

Inicia mal la semana para Claudia Sheinbaum en vísperas del segundo debate presidencial. Sí, en mi columna de la semana pasada mencioné que el zaldivargate y la gira del adiós que hará López Obrador después de la elección, ensombrecen sus batallas; esta semana las cosas pintan aún más complejas para quien encabeza todas las encuestas para triunfar en la elección del 2 de junio.

Poco a poco se han dado a conocer más detalles sobre lo ocurrido con la candidata de Morena durante su gira por Chiapas el domingo pasado, cuando un grupo de encapuchados armados la detuvieron para decirle frases como: “acuérdese de la gente pobre” (de Motozintla), “nos hacen pedacitos” (los de Comalapa), “se siente en el corazón la impotencia de que el gobierno nunca ha hecho nada por esta sierra”, etcétera.

Las frases eran impositivas a pesar de que lo pedían “de favor”. La candidata supo ocultar su molestia y desconcierto con buen temple, y manejó bien la difícil situación. No obstante, lo sucedido evidenció la gravedad que vive el país en materia de inseguridad.

No fue un montaje como desafortunada y apresuradamente lo quisieron hacer ver, tanto Claudia Sheinbaum como López Obrador; todo lo contrario, fue un acto de poder e intimidación de grupos de la sociedad que forman parte de las estructuras de los cárteles, y que cada vez más su actuar ya es público, frente a miembros del Ejército, medios de comunicación, candidatas y candidatos.

Los mismos periodistas de diversos medios han ido aclarando y defendiendo el papel de quienes cubren y arriesgan al seguir las campañas de quienes buscan un cargo de elección popular. En este caso, varias voces afirmaron que a partir de la logística que opera las giras de Claudia Sheinbaum, ciertos periodistas van adelante del convoy, y otros se quedan atrás, por eso, y ante la detención involuntaria de la camioneta donde viajaba la candidata, solo un medio pudo acceder al diálogo entre encapuchados y ella.

Quien se avivó en colocar el micrófono entre los encapuchados y Claudia, fue el brazo del reportero de Latinus, el medio más denostado por el presidente en su sexenio. No obstante, otros medios difundieron imágenes de los mismos hombres que imponían impunemente los retenes por donde pasó la comitiva de Sheinbaum, con gorras con la imagen de El Mayo Zambada y fuertemente armados, es decir, miembros del Cártel de Sinaloa.

El mitin de Claudia en Motozintla no duró más de 15 minutos. La misma Carmen Patricia Armendáriz, exdiputada por Morena y quién buscó la candidatura de Chiapas por ese partido, además de ser fiel partidaria de López Obrador, escribió en X: “nos pararon unos encapuchados de los cárteles en pugna”, “¿Cómo acabar con esto tan destructivo?”, se sinceró, aunque horas después borró el mensaje.

Inmediatamente, Claudia Sheinbaum y el presidente López Obrador, al darse cuenta de que el único micrófono visible era el de Latinus, minimizaron y culparon al medio de información de haber orquestado un montaje, sin prueba alguna. Error graso para la campaña de la candidata, que en lugar de mandar un mensaje contundente de cómo combatir a los criminales y buscar la paz en la sociedad mexicana, intentan, nuevamente, imponer una narrativa desgastada e inverosímil, salvo para sus fieles seguidores.

Paralelamente, y para colmo de la candidata, se dio a conocer en redes sociales del partido Morena, la foto de un hombre que posa una camiseta con la imagen de la Santa Muerte. Sobre un fondo negro, arriba de la muerte, se lee: “Un verdadero hombre nunca habla mal de”… y abajo, sobre el dedo de la muerte que se lleva a la boca la imagen, el nombre de “López (sic) Obrador”. En X fue publicada el pasado 20 de abril a las 8:07 de la mañana, un día antes de que retuvieran a Claudia en Chiapas, supuestos grupos criminales.

¡Un nuevo escándalo! Para salir del paso, el presidente López Obrador dijo no tener opinión al respecto, y ser muy respetuoso de lo que hacen los ciudadanos. Afirmó que “tienen derecho a hacerlo”, ya que “tiene que ver con la libertad, incluso religiosa”, a pesar de que el Vaticano tacha de “blasfemia” a la Santa Muerte, porque muchos de quienes le siguen, son precisamente criminales.

La polémica se siguió desbordando, al darse a conocer que el periodista y funcionario público, al dirigir el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, Jenaro Villamil, subió un video hace cuatro meses (según confirmo él mismo en redes sociales), presumiendo esa misma camiseta.

De quien haya sido la idea de vincular con Morena a un movimiento que es más cercano a una secta que a una religión, no solo inquieta por los intereses que hay detrás y/o vínculos que se pudieran desprender. Sino que contribuye a empeorar la campaña de la puntera (quien se presenta como una destacada científica), y muestran que hay un sector interno en Morena, que más que ayudar a Claudia Sheinbaum, buscan promover, y mal, la imagen y culto a la personalidad del presidente Andrés Manuel López Obrador, a punto de concluir su gobierno. No cabe duda que hay gato encerrado.

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